Como se esperaba, el prodigio de los Spurs ha sido elegido por unanimidad como el mejor novato de la temporada en la NBA.
Todo lo bueno que se decía de Victor Wembanyama era cierto. Incluso puede que se quedara corto. El prodigio de los Spurs ha respondido a las elevadísimas expectativas que le rodeaban antes de que aterrizara en la NBA para sorprender al planeta baloncesto y al universo entero. Para confirmar el comienzo de su era, el jugador francés de 2,24 metros y 20 años ha sido elegido Rookie del Año por delante de Chet Holmgren (Oklahoma City Thunder) y Brandon Miller (Charlotte Hornets).
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‘Wemby’ ha conseguido 495 votos fruto de las 99 elecciones en primer lugar de un panel de medios, con lo que ha habido unanimidad para entregarle el premio. Holmgren se ha quedado en 295 (98 votos de segundo lugar y uno de tercero) y Miller ha llegado a 86.
Para explicar su elección, lo sencillo sería acudir a sus números: 21,4 puntos, 10,6 rebotes, 3,9 asistencias, 3,6 tapones (líder de la estadística), 1,8 triples y 1,2 recuperaciones. En la historia de la NBA, nadie hizo esas cifras. No ningún novato, nadie. También es el primer jugador que hace 1.500 puntos, 250 asistencias y 100 triples en una temporada, nunca se habían hecho dos partidos seguidos de 5×5, es el más joven en hacer 20 puntos y 20 rebotes en un encuentro, ha sumado 43 dobles-dobles, dos triples-dobles y ha coqueteado con un cuádruple-doble que logrará tarde o temprano.
Todo ello sería suficiente para justificar el premio, pero es que su impacto va mucho más allá de los dígitos por alucinantes que sean. La NBA nunca había visto nada como Wembanyama y él se ha encargado de confirmar que es lo más cercano a un alienígena que jamás haya jugado al baloncesto: un gigante que se mueve como un escolta, que recorre la pista como si llevara botas de siete leguas y llega el primero al contraataque, que tapona sin saltar igual que anota triples tras dar un paso atrás, que machaca con la misma facilidad que encuentra huecos para penetrar hacia el aro…
Sus recursos son abundantes en ataque y da la sensación de que irán en aumento con el paso de las temporadas. Sin embargo, es en defensa donde se ha confirmado ya como un jugador de absoluta élite en la NBA. De hecho, está nominado también a Mejor Defensor junto a su compatriota Rudy Gobert y Bam Adebayo. Cuando ‘Wemby’ está en pista, hay pavor. Ha modificado el término lejos, porque nunca se está a suficiente distancia de sus interminables brazos. Ni siquiera los triplistas. Los tapones se contabilizan, el miedo que infunde, no. Sólo se sabe que es mucho.
Un físico protegido
El galardón de Rookie del Año es el colofón a una temporada que a Wembanyama ya le había dejado una gran noticia: la salud. Con ese físico de apariencia frágil, existían dudas razonables sobre su encaje en el ajetreo de la NBA. También ha respondido ahí: se ha perdido sólo 11 partidos, la mayoría la segunda noche de back-to-back. Los Spurs le han protegido restringiendo sus minutos, que se han quedado en 29,7 por encuentro. Asusta pensar dónde puede situar sus estadísticas cuando aumente su presencia en pista.
La carrera por ser el mejor novato estuvo apretada hasta mitad de curso, cuando Holmgren era un dignísimo rival. Además de su gran rendimiento, al de los Thunder le apoyaban también las victorias de su equipo, a la postre campeón del Oeste. Los Spurs se han pasado toda la temporada en el fondo de la Conferencia (22-60), aunque finalmente superaron a los Blazers para no ser colistas. Sin embargo, las actuaciones de Wembanyama, su impacto, sus numerosas marcas y una mejora de su equipo le dispararon hacia un galardón que no admite discusión.
Marca
Hender “Vivo” González