Los goles de Rodrigo De Paul y Samuel Lino le dieron le triunfo a los ‘colchoneros’ en el duelo de ida de los Cuartos de la Champions.
El Atleti roza las semifinales con una primera parte excelsa ante el Dortmund, con goles de De Paul y Lino, pero Haller hizo el 2-1. El partido terminó con dos balones al palo del Borussia.
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Aunque los comienzos son los que determinan las historias, es el poso del final con lo que uno se queda. Un final que fue muy distinto de ese principio: un beso suave sobre la cabeza de mechones rubio decolorados justo antes de que el balón comenzara a rodar. Lo daba Griezmann, con su sonrisa traviesa. Lo recibía De Paul. Cuatro minutos más tarde el argentino alzaba el puño en el centro del delirio y Griezmann se abalanzaba sobre su cabeza en piña mientras de fondo ese grito no cesaba. Goool. La semifinal en ese momento se sintió cerca, muy cerca.
Entre los nervios del Dortmund, que no sabía cómo huir de la presión altísima de los rojiblancos y se quedaba en ella pegada como en una tela de araña, Kobel debía sacar la pelota pero no sabía con quién. Eligió a Maatsen. Un pase en horizontal, con el exterior. De Paul lo olió y antes de que el joven lateral izquierdo fuera si quiera consciente de que ese balón era para él, apareció, se lo robó y lo lanzó a la red a contrapié. El Atleti había salido al partido como un viento huracanado. Cada vez que tenía la pelota se lanzaba hacia el gol. Ese trozo de madera que un día de pronto descubre que es violín y sabe tocar el Thunderstruck. Dale, dale, dale. Machacón e incansable. No había llegado el partido al diez y la camiseta de sus jugadores pesaba cinco kilos más. Todos de sudor. Venga a jugar, combinar, triangular ante un Dortmund que había salido de color amarillo flan, timorato y perdido. Terzic salía sin el talento de Brandt pero con los músculos de Nmecha y Emre Can como un parche entre los centrales para sacar el balón.
El partido era un tobogán hacia Kobel, desde el minuto dos y ese pase de Griezmann que dejó solo a un Morata que terminó fundiéndose ante el portero. Después llegó el gol. Y más tarde un ramillete de ocasiones. Unas, como el remate de espuela de Witsel, acababan con Kobel repeliendo con oficio; otras, como la chilena de Lino tras la disputa de Morata por un balón alto en el área, directamente fuera. Todos los centros los ponía Grizi. Los córners también (seis antes del veinte). Si el francés lanzaba y lideraba, Koke frenaba, sostenía y organizaba, con el balón rendido a su brújula. “Las guerras pueden ser peleadas con las armas, pero son ganadas por los hombres”, gritaban las botas de ambos.
El Atleti buscaba el segundo golpe antes de que el Dortmund terminara de levantarse del primero. Porque iba haciéndolo. Emre Can había regresado al pivote, Sancho asomaba sobre patines. Un desborde suyo, en el 30′, supuso la primera vez que el Dortmund pisaba el área de Oblak. Su centro tenso lo despejó Giménez. Su regreso a la zaga reviste de acero el cristal. El charrúa prensa cemento. Witsel es un mariscal y Azpilicueta, siempre bien. Nahuel no desentonó: jugaba su mejor primera parte de esta temporada.
De otra pérdida del Dortmund, un mal despeje entre dos de cabeza tras el saque de un córner, Morata se hizo con un balón en tres cuartos y pasó a Griezmann. El francés, que volaba en su capa de mejor jugador del mundo, le regaló la pelota a Lino con una vaselina sobre la cabeza del último defensor. Control con el exterior y disparo cruzado con la derecha. Gol. Con el 2-0 comenzaba otro partido: no encajar. Y el Dortmund acabó la primera parte peligroso. Despertó a lomos de la velocidad de Adeyemi y los chispazos de Sancho, con el Atleti sobreviviendo porque al talento de Grizi y al orden de Koke se sumaban los guantes de Oblak. Paró con mano dura un zurdazo de Maatsen que buscaba entrar a su red por la cepa del palo al descanso. Cuando el partido regresó, Terzic daba por finalizado el descanso de Brandt.
El gol y los palos del Dortmund
El Dortmund que regresó al partido ya era el Dortmund, ese equipo al que le gusta correr y amenazar. El Atleti se dedicó a resistir, más volcado en cuidar su 2-0 para la vuelta como Gollum su tesoro que en armar contras. El Dortmund encajonaba y Simeone renunciaba a un delantero (Morata) para poner más ladrillos al medio (Barrios). El Atleti había perdido el control pero todo el dominio del Dortmund no se traducía en peligro real. Peligro como ese que dejaba el Atleti cada vez que Llorente, de delantero, galopaba fuera de la cueva. Lino acarició el 3-0 al rematar, libre de marca, una falta lateral colgada, pero volvió a encontrarse con Kobel. La respuesta del Dortmund fue el 2-1 cuando Brandt recibiera rodeado de rivales, se girara y buscara a Haller, que controló y con la derecha encontró el gol. Tocaba angustia en el Metropolitano como si fuera inseparable si se vive Atleti. Se había quedado sin piernas a diez del final. Sin resuello resistía al baile de Brandt y los buenos minutos de Reus. Bynoe-Gittens estrellaba un balón en la madera mientras Simeonte refrescaba con un triple cambio que cambiaba el sistema al viejo 4-4-2. El campo subía la voz. Aunque la madera volviera a temblar al final, tras un cabezazo de Brandt a la cruceta que quedaba como un aviso para Alemania, donde se pondrá el final a esta eliminatoria que el Metropolitano dejó en puntos suspensivos. A pesar de la victoria.
Cambios
Julian Brandt (45′, Felix Nmecha), Sébastien Haller (59′, Niclas Füllkrug), Pablo Barrios (63′, Álvaro Morata), Jamie Bynoe-Gittens (72′, Karim Adeyemi), Ángel Correa (79′, Rodrigo De Paul), Salih Özcan (83′, Emre Can), Marco Reus (83′, Marcel Sabitzer), Saúl Ñíguez (89′, Nahuel Molina), Stefan Savic (90′, Axel Witsel), Rodrigo Riquelme (90′, Samuel Lino)
Goles
1-0, 3′: De Paul, 2-0, 31′: Samuel Lino, 2-1, 80′: Sébastian Haller
Tarjetas
Arbitro: Marco Guida
Arbitro VAR: Paolo Valeri, Massimiliano Irrati
Emre Can (23′,Amarilla), Samuel Lino (26′,Amarilla), Marcos Llorente (27′,Amarilla), Ian Maatsen (52′,Amarilla), Giménez (74′,Amarilla)
Diario AS
Hender “Vivo” González
