La checa pasa por encima de una presionada Jabeur, que pierde su segunda final seguida en el torneo británico.
Marketa Vondrousova, la tenista de 24 años que ha dejado a su marido Stepan las dos semanas de Wimbledon cuidando de su gato en la República Checa, es la nueva reina en la catedral del tenis. Stepan sí llegó a tiempo para ver en directo la coronación de su flamante esposa a manos de Kate Middleton, la Duquesa de Cambridge.
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Marketa, vencedora por un doble 6-4, es la tercera checa en el palmarés, uniendo su nombre a los de Jana Novotna (1998) y Petra Kvitova (2011 y 2014).
Jabeur, con la presión de jugar para ser la primera africana campeona de un ‘Grand Slam’, empezó dominando con un 2-0. Le remontó su rival y después volvió a adelantarse por 4-2. La final se jugaba con el techo puesto por las fuertes rachas de viento.
Vondrousova, fría como el hielo, le dio la vuelta a esa situación adversa sin inmutarse y silenciando la grada de la central del All England Club, claramente decantada a favor de la tunecina.
Ons perdió el primer set y estaba hecha un flan. Los últimos cinco juegos había caído favorables a su rival. Por su cabeza pasaban las dos grandes finales perdidas el curso pasado en Wimbledon frente a Elena Rybakina y en el US Open, con Iga Swiatek en el otro lado de la red.
Marketa parecía tener menos galones que sus dos anteriores verdugos. Bajo la condición de número 42 de la WTA era la primera no cabeza de serie en la Era Open en plantarse en una final de Wimbledon.
Jabeur cedió por cuarta vez el saque en el inicio de la segunda manga. Estaba rendida a su suerte, pero la irregularidad de la otra finalista la metió por momentos en el partido con la complicidad de los aficionados ingleses.
Una gira entre interrogantes
Vondrousova, que llegó a plantearse no disputar la gira de hierba, es hoy la campeona número 59 en los ‘Grand Slam’ y la que hace 24 en el grande de la hierba.
“Espero que Jabeur también gane aquí porque se lo merece”
En su palco destacaba la presencia de una leyenda como Jan Kodes. La tenista que superó tres lesiones en el codo, muñeca e infle, desde su primera final de un ‘major’ en Roland Garros 2019, es conocida en su país por los tatuajes en los brazos que recuerdan a los dibujos que hacen los niños a sus padres en su etapa en la guardería. Vondrousova lloraba de alegría y Jabeur, de pena por una nueva oportunidad perdida.
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Hender “Vivo” González