el potencial futbolístico de Argentina merece ganar ya un Mundial sin tener que poner un asterisco de nota a pie de página.
Antes de empezar el Mundial, Argentina está en el podium de las casas de apuestas. Cierto que el seleccionador Scaloni tiene ahora un equipo mucho más compensado de lo que tuvo la albiceleste en otras citas mundialistas. Y cierto, también, que Messi llega muy bien de forma, como líder del proyecto, para gastar su último cartucho y obtener lo que le falta: ser campeón del Mundo y coronarse, sin discusión, como el mejor futbolista de todos los tiempos. Además, el potencial futbolístico de Argentina merece ganar ya un Mundial sin tener que poner un asterisco de nota a pie de página.
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En el Mundial de 1978, Mario Kempes fue la estrella, fue el máximo goleador del torneo y marcó en la celebrada final… Pero ese campeonato se jugó en casa, bajo la dictadura de Videla y el 6 a 0 contra Perú, en el día que Argentina necesitaba ganar por 4 goles, y la polémica por ese amaño todavía hoy sigue viva.
En México 86, Argentina se coronó con Maradona en su hora sublime. Sólo Lineker marcó más tantos que él. Pero en los cuartos de final, precisamente a partido único ante Inglaterra, ‘el pibe’ hizo el mejor gol y el peor de su vida. En el primero, su remate con “la mano de Dios” hoy sería anulado en un periquete por el VAR. Cinco minutos después, compensó su trampa marcando “el gol del siglo” driblando a todos los que le salían al paso. Ese polémico 2-1 les clasificó para semifinales.
Es ya hora de que Argentina levante un Mundial sin peros. Es el momento que Messi ponga el broche de oro a su carrera que se le escapó en la final de Maracaná. Leo no merece retirarse teniendo un Mundial menos que Umtiti.
Hender “Vivo” González