Los Pistons baten al equipo de la Bahía de San Francisco, que marca un registro de tres victorias y cuatro derrotas.
La gira del Este está sacando los colores del campeón. Mensaje precipitado y probablemente injusto, pero los Golden State Warriors deben activar una alerta roja, pues son de la nómina principal de favoritos al anillo (grupo en el que Lakers o Nets no están), el equipo que menos ha demostrado. Si chispazos fruto de la iluminación de Curry, pero no consistencia. Es lo que dice la derrota ante un equipo que no debería ponerles contra las cuerdas, los Detroit Pistons (128-114).
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En la ‘Motor City’ no fue una jornada cómoda para el equipo campeón. En el segundo cuarto ya se vio la falta de regularidad, al solo anotar 18 puntos y conceder 34. Raro de un equipo que ante los Kings metió 89 al descanso. Y ya no recuperarían el mando, cediendo el tercer y cuarto cuarto de partido. Sin reacción, por ende.
Sobre el campo, los Warriors sufrieron con un equipo que tuvo a cuatro figuras en más de 20 puntos (Cunningham 23, Bay 28, Stewart 24 y Bogdanovic 21). Y se explican mediante la defensa, que ni corrió bien el balance a cancha propia ni manejaron los estáticos a su nivel habitual. Demasiado hundidos, quizá blandos a la hora de ayudar facilitando el tiro de media distancia y Curry en ataque (32+6+3) y los 30 de Jordan Poole no pudieron darle la vuelta.
Así, los Warriors han caído en sus tres desplazamientos: Charlotte, Detroit y Phoenix. Son el 19° mejor ataque y 20° defensa, un lugar que dice todo sobre el récord de tres victorias y cuatro derrotas. Además de encajar más de 120 en cinco partidos. Un cóctel explosivo con el que es complicado ganar.
“Saldremos de esta. No hemos mostrado todavía nuestra identidad”, confesó Steve Kerr tras el partido. Es su segundo peor arranque desde que dirige la nave de la Bahía de San Francisco. Aunque la mejora llegará, los Warriors no regalan temporadas por regalar. La alerta roja es un aviso. No la tónica habitual.
Hender “Vivo” González